miércoles, 7 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 11: Cuenta regresiva.


Mayo 2010
Luego de algunos meses de distanciamiento, él reapareció en el MSN. Solían mantener discusiones virtuales acaloradas que los alejaban, pero luego de algún tiempo prudencial, y una vez calmados los ánimos, volvían a hablarse.

   Hola, ¿sos vos? dijo ella para romper el hielo.

   Hola, dame 90 segundos contestó él enseguida.

   OK.

   Ahora sí.

   ¿Cómo andás? Hacía mucho que no te veía. ¿Te fuiste de viaje?

   Sí, me fui por dos semanas a Saint Martin.

   Siento envidia.

   No lo hagas que para poder irme tuve que armar todo un entramado de guardias que ahora me está costando caro. Devolver favores sale caro.

   Pero ¿quién te quita el bronceado? Jajaja

   Sí, todavía me dura el dorado caribeño.

   Te debe resaltar los ojos verdes

   Sí.

   ¿Foto?

   No.

   ¡Ufa!

   Vení a verme en persona...

   No

   Cagona.

   ¿Quién? ¿Yo? Nah.

   ¿Entonces?

   Es que tendría que armar todo un entramado para cubrirme y sé que me va a salir caro...

   ¡JA!

   De todos modos, estuve pensando que nos vamos a tener que ver, digo, tarde o temprano...

   ¿?

   Sí, ¿qué tenés que hacer el sábado 23 de octubre de 2010 a la noche?

   No sé todavía.

   Bueno, no te comprometas con nada que ese día nos vemos...

   OK!

   Te lo digo en serio, eh!

   Sí, ¡claro!

   ¡Hablo en serio!

   Perdón pero no me parece serio arreglar una cita para dentro de ¡CINCO MESES!

   Sí, parece una estupidez pero necesito tiempo y esa fecha significa mucho para mí, en realidad el 24 de octubre, que se cumplirían doce años de la primera vez que nos vimos...

   ¡Doce años!

   Sí, doce años. Nos conocimos un sábado 24 de octubre, hacía mucho calor y en cuanto te vi me gustaste...

   Sí, me acuerdo de ese día pero había perdido noción de la fecha. Antes de que me dijeras: ¡Qué alto sos! supe que serías mía.

   ¡Caramba! ¡Qué declaración!

   Fue así.

   Bueno, entonces, ¿aceptás que nos veamos el sábado 23 de octubre de 2010?

   Sí.

   ¡Tenemos 5 meses para prepararnos para el gran día!

   Me puso nervioso ahora que me lo repetís.

   ¿Qué te puso nervioso?

   Fantasear con la certeza, virtual ahora, de que nos vamos a volver a ver... sea mañana, pasado, en cinco meses o en un año.

   ¿Me querés ver?

   ¡OBVIO!

   Entonces, tenemos una cita.

   ¿Podrás pasar la noche conmigo?

   No, en realidad sí, pero al día siguiente me instalan una zapatería en el culo y no creo que pueda volver a pasar toda una noche entera fuera de casa.

   Ok. No me vendés humo al menos.

   No creo que vende humo me identifique.

   Y no, la histeria tampoco te va. "Te voy a coger" me dijiste

   Y cumplí.

   Sí. Y reiteradas veces...

   Como sea. Nos veremos el 23. ¿Qué se te ocurre para la ocasión?

   Te invito a cenar en casa. ¡No me viste cocinando!

   Ah, ¿cocinás?

   ¡Por supuesto! Puedo preparar pulpo a la portuguesa, cordero patagónico o alguna carne que te guste...

   Bueno, sorprendeme.

   Lo prometo.

   Bien.

   ¿Por qué hay que esperar tanto?

   Bueno, vos esperaste diez años para contactarme, ¿no podés esperar 5 meses más?


   No. Bueno, sí. Mejor así. Tampoco yo estoy preparado para verte todavía. Pero cinco meses es mucho tiempo...

   Es que yo no me siento en condiciones para verte ahora. No me parezco en nada a la que te recordás. Acordate que fui mamá no hace mucho y quisiera tener tiempo para acercarme a la que fui entonces. Esa es la verdad...

   ¡Polaco!

   Sí, sé lo que estás pensando pero dejame la oportunidad al menos de hacer algo para parecerme a la que una vez fui.

   Te conozco tanto que sé que no hay otra razón detrás de esta decisión tuya. Te creo. Querés no desilusionarme...

   O desilusionarme yo, tal vez.

   Mirá, Polaco. Yo tampoco me parezco al que vos conociste. Tengo 45 años ahora.

   Pero los hombres siempre tienen a favor que los años los ponen más interesantes. A las mujeres el tiempo nos corre bastante en contra...

   No te creo. Yo tengo muchos más kilos encima de los que tenía cuando nos vimos allá por el 98.

   ¿Tenés canas?

   No, y si las tengo las tendré en la nuca porque nunca las vi. ¿Vos?

   Tampoco. Ni una. Y con lo que me gustaría tener alguna. Una mujer con un par de canas me parece que le da un aire de vivido. Sí, una estupidez tal vez...

   Lo estoy pensando... Sí, tal vez tengas razón. Una mujer con un par de canas puede resultar interesante... si hasta dentro de cinco meses no te salen, pintate un par, ¡por favor!

   Jajajajaja... ¡vos me vas a sacar canas y de las verdes!

   No soy yo el que te complica la vida, me parece...

   No empecemos a discutir, eh.

   Ok.

   ¿Me saco todo?

   ¡Dale!

   ¿Te acordás?

   ¡Cómo olvidarte!

   ¡?

   ¿Cómo olvidarlo? quise decir...

   Me gustan tus fallidos.

   A mí me gustas vos.

   Llegó la hora incómoda.

   ¿Qué pensás que va a pasar el 23/10?

   No sé.

   ¿No sabés?

 De pronto vio que se encendía la luz del dormitorio donde estaba durmiendo su marido.

   Me tengo que ir. Besos.

   Mil besos para vos. Que duermas bien.

   Gracias. Chau!

Y se desconectó con una sonrisa que no podía disimular.


2 comentarios:

  1. cuántas cosas pueden pasar por las cabezas de dos personas en 5 meses de "entrenamiento emocional" antes del reencuentro? muy buena la historia, si hasta dan ganas de protagonizar algo así, cada día mejor espero la continuación, promete ser interesante. mis respetos.

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  2. Conmigo y Andrea la cosa previa de indefinición duró unos eternos 30 días hasta nuestra primera cita, y luego una semana más hasta definirse en una relación que este finde cumplirá un maravilloso año... No me imagino qué puede pasar por el mate de quien debe esperar 5 meses... Genial!!!

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