jueves, 26 de enero de 2012

CAPÍTULO 15: Gravitas. 2° Parte


Pasaron los días y el miedo estallaba en llanto cada vez que se encontraba en soledad, sola consigo misma, sola con todas sus miserias prendidas de un hilo débil e invisible. Aprovechaba cada oportunidad que se le presentaba para liberarse al llanto, usaba el momento en que se encerraba en el baño para descargar la angustia que se desataba en un gemido ahogado bajo la lluvia de la ducha. Durante esas semanas simuló una alergia inexistente que justificara los ojos húmedos y la nariz enrojecida. Mientras tanto, estaba alerta al menor síntoma o indicio de náusea, mareo o asco a los olores, tal como le había sucedido cuando esperaba a su primer hijo. Nada de eso le sucedía. Pasaban los días y sentía en el vientre que en cualquier momento el cuerpo le daría el respiro que ansiaba desde el alma, el respiro que le garantizara que nada alteraría en absoluto su vida, su vida organizada y sin sobresaltos, su vida mansa y tranquila, su vida bajo control.
Al decimocuarto día de atraso no aguantó más la espera interminable y fue a su ginecóloga. La médica la miró desconcertada un instante en que percibió que su paciente en el fondo deseaba no estar esperando un bebé, a pesar de que en oportunidades anteriores le había manifestado las ganas de darle un hermanito al hijo que ya tenía; de todos modos, la médica se ahorró cualquier pregunta que la incomodara y le hizo enseguida una orden para un test de embarazo en sangre y la prescripción de progesterona en el caso de que el test le diera negativo sumado a otro estudio de hormonas para revisar nuevamente los valores que parecían enloquecidos. El tercero en apenas ocho meses.
Al día siguiente por la tarde confirmó finalmente que no estaba embarazada. Vio el resultado dentro del laboratorio, delante de la empleada que llamaba al siguiente paciente para atender en el mostrador. "Negativo" suspiró con alivio. Las partes de su vida que comenzaban a perder el equilibrio se acomodaron de inmediato y todo volvió a la normalidad. Una sonrisa amplia se le dibujó en la cara y permaneció allí como si decidiera quedarse así por siempre. Se sintió segura de sí misma otra vez, se sintió entera nuevamente y esa misma noche envió el siguiente mensaje de texto:

   Hola. Quería avisarte que me hice el test en sangre y no estoy embarazada. Para que te quedes tranquilo. Chau.

Cuya respuesta fue:

   Nunca estuve intranquilo. Gracias igual.

Con un nudo en la garganta y pena en los ojos contestó:

   Lástima que se termine todo así. Lo lamento mucho. Cuidate. Besos.

Y el mensaje que recibió fue:

   Sí. Una lástima.


Aquella misma noche después de la confirmación del negativo del test, el cuerpo se dio por vencido y dejó en evidencia de que no estaba albergando ninguna vida nueva en su interior. Se sintió impotente indisponerse luego de haber comprado la progesterona que la obra social apenas le cubría y que era bastante costosa. A pesar de no necesitarlo, tomó una primera dosis por rabia.
A la mañana siguiente entró en una peluquería y se hizo cortar el pelo corto, muy corto, corto como hacía doce años. Sorprendió a todos el cambio radical, en especial a su esposo que la había conocido con el cabello que le sobrepasaba los hombros. Necesitaba despojarse de algo que no pudo identificar qué era con certeza. El cambio era necesario, algo en su interior se había alterado desde la reaparición de su ex y el corte de pelo sería una manifestación femenina de ello. Las mujeres suelen expresarse a través del cabello. Algunas se lo tiñen y las más audaces se lo hacen cortar como si cortándolo pudiesen mutilar o quitar aquello que las lastima o las hace sufrir.
A la noche envió un mail:


Hola.
Antes de desaparecer definitivamente de nuestras vidas quería que supieras lo que pienso acerca de lo sucedido. Me dolió mucho que no me creyeras, mucho. No te imaginás cuánto. Y lamentablemente no es la primera vez que desconfiás de lo que te digo, o descreés que puedo serte sincera. No me lo merezco, no ahora, no hoy. Siento que es sumamente injusto que eches por tierra que todo el tiempo vivo un engaño, por lo menos si alguien está siendo engañado no sos vos precisamente. Creí que estaba embarazada, lo creía, tanto que me hice SEIS pruebas de embarazo, fui a ver a mi gine con un retraso de catorce días y me hizo hacer un test de embarazo en sangre, si me daba negativo tenía que empezar un tratamiento con progesterona. Tengo todas las pruebas para demostrarte que todo esto es cierto.
¿Qué sentido tendría mentirte en algo tan serio como este miedo de embarazarme en el momento menos oportuno con el hombre menos indicado? ¿Para qué inventaría todo esto? ¿Qué gano yo? No tenés idea de las semanas que pasé, pero lejos de victimizarme quiero que sepas que en el fondo te entiendo, entiendo todo lo que pasó por tu cabeza. Sé o presumo los fantasmas que pudieron aparecer para atormentarte, y tal vez por ese mismo mecanismo de defensa, de preservación le decís vos, es que preferiste que todo hubiese sido producto de mi imaginación, una mentira antes que la verdad. Lo entiendo, aunque no te justifico. Bueno, solo me resta decirte que jamás me voy a olvidar de lo bueno y de lo malo de haberte conocido. Jamás, tampoco olvidaré de cómo me trataste esta última vez. Lo que más me duele es que por todo esto ahora tengo la certeza de que nos perdimos para siempre. De esto no creo que se pueda volver, todo se rompió... tal vez como debía ser.
Chau.
Yo, Polaco.


Al cabo de un par de días llegó una respuesta inesperada:


Pensé mucho antes de contestar tu envío tan recargado, no quería hacerlo en caliente.
Me corresponde pedirte disculpas por no haber creído en lo que me dijiste. A eso lo llamás insulto, humillación, y no, nada más lejos de mis intenciones. Ahora sé que se trató de incredulidad, que es distinto de no creer y ya.

Luego de darle muchas vueltas al asunto concluí en que todo lo que dijiste fue cierto, de punta a punta.

Y ocurre que yo hubiera preferido que mintieras. Y me explico: Porque el accionar del modo que se accionó, además de haber podido generar efectos de impredecibles consecuencias sobre mí, y muy especialmente sobre vos y tu familia, habría significado nada menos, que la concepción y el nacimiento de una Persona. ¡De una Persona!... De una persona que nadie quiso que existiera.

Mientras no te creí no supe que nosotros corrimos tanto riesgo real de hacernos uno a otro un daño definitivo y permanente. Y menos sabía qué fácil -y gratuito- es provocar un daño infinitamente mayor a un tercero que debería cargar un dolor inexplicable para siempre. El dolor, la confusión, y quizá el odio a sus padres por su insensatez, por su idiocia, por su desaprensión, su desinterés, en fin, por la indiferencia con que él fuera concebido y parido en razón de dos irresponsables que querían pasar uno (o dos) buenos encuentros sexuales, valorando lo que resulte de ellos (una Persona) como irrelevante. Él y su potencialidad fueron irrelevantes para sus padres, pensaría. Pobre chico, adolescente, adulto, viejo.
Y por puro azar -sí, sólo de eso dependió todo- esa persona se salvó. Se salvó de nacer a una vida infame. Se salvó del producto de la irresponsabilidad de sus incalificables progenitores por exclusiva obra de casualidad.
¿Cómo hubiera podido esa persona probable haber perdonado la indiferencia criminal de sus padres cuando lo crearon?
Yo no sé cómo.


Pasó noviembre, llegó diciembre y no pudo resistir la tentación de enviar un último mensaje de texto el 31 de diciembre de 2011.


   Feliz año nuevo. Ojalá algún día nos podamos ver. Besos.

La respuesta fue:

   Feliz Año Nuevo.


Los ojos se le inundaron de dolor. Nada volvería a ser igual, nada sería como antes. Respiró profundo y regresó a la reunión familiar para el brindis por un año nuevo.

miércoles, 25 de enero de 2012

CAPÍTULO 15: Gravitas

Domingo 26-03-11 10:30 a.m.


 Esta es una noche que voy a recordar siempre. Estás muy linda (como siempre, como hace diez años) Te mando un beso grande. Cuidate mucho Polaco.

El mensaje latía en la pantallita del celular. El olor que dejó el paso del tren la envolvió por completo. Piedra quemada en una mezcla de óxido y tierra. El mismo tren que la dejaba a pasos de la casa de él. El mismo tren que la devolvía a hace diez años. Se conmovió un instante... y cruzó el paso a nivel apretando en el fondo del bolsillo de la campera el celular que guardaba esa dulce dedicatoria de un presente confuso.
Todavía se olía en el cuerpo el perfume que él le había dejado de la noche anterior. Había decidido no lavar aquel aroma de presente-pasado que la satisfacía.
Ella había sido su profesora de idioma una década atrás. Cuando ambos eran inmortales, cuando se permitían equivocarse a propósito aduciendo errores por la edad, por la inexperiencia, por la falta de mundo, por falta de vivido, por ser inmortales.
Tocó el timbre de la farmacia de turno con firmeza, esperó impaciente a que alguien la atendiera hasta que por fin un joven, de pulcro ambo blanco, le preguntó en qué podía ayudarla desde una ventanita detrás de la persiana verde. La pregunta la sobresaltó pero en seguida contestó:

   Buen día. Necesito la píldora del día después de una sola dosis, por favor —dijo acercándose más al hueco de la vidriera para que solo el joven pudiese oírla, ya tenía dos personas esperando detrás de ella.

   Muy bien —dijo el muchacho y fue directo hacia la computadora que tenía sobre el mostrador.

   ¿Algo más? —Agregó servicial alzando la voz

   No, solo eso. ¿Cuánto es? —y se metió la mano en el bolsillo trasero del jean.

   Son treinta y cinco pesos —respondió el joven desapareciendo detrás de una gran vitrina repleta de medicamentos.

En cuanto llegó a la casa tomó la píldora y sintió por fin el alivio de hacer las cosas bien. No debía correr ningún riesgo. Desde que le había quitado el pecho a su chiquito era que le rondaba la idea de volver a quedar embarazada. A pesar de cierta reticencia por parte de su marido ella había abandonado los cuidados anticonceptivos para agrandar la familia. No había estado en sus planes que llegaría el día en que iría a estar con otro hombre que no fuera el padre de su hijo. ¡Jamás lo imaginó! o siendo honesta consigo misma... por lo menos no tan inesperadamente. Por ahora lo único que le daba algo de tranquilidad era tomar esa precaución después de la cita de la noche anterior.
A los pocos días de la píldora tuvo la grata novedad de no estar embarazada.
Ahora le surgía la gran disyuntiva si comenzar a tomar anticonceptivos o no a partir del esperado reencuentro con su ex ¡luego de 10 años!
Hizo una cita con una ginecóloga para que le recetara las pastillas anticonceptivas pero al hacerse una serie de estudios hormonales le detectaron unos valores alterados en los resultados por lo que no era aconsejable la prescripción de píldoras; solo podía cuidarse con preservativos en caso de acostarse nuevamente con su ex.
Pensó que no le caería en gracia cuando se lo contara ya que a él le gustaba sentirla plenamente con todo su ser. Hubo un encuentro más a los quince días de aquella primera vez, luego otra más y otra más. Pasaron algunos meses y había tenido que planificar esos encuentros de tal forma en que él no estuviese obligado a cuidarse, por lo menos como una medida un poco menos riesgosa que en días fértiles. El riesgo era muy alto y había asumido correrlo...enfrentando lo que ocurriese.

Octubre 2011


   ¡Hola!

   ¡Hola polaquito!

   ¿Cómo estás? Tengo que decirte algo...

   Bien, ¿qué cosa? ¿Estás bien?

   Sí, bah, no... tengo un retraso de siete días...

   ¿Y? ¿Yo qué tengo que ver?

   Mirá, en caso de estar embarazada existe una probabilidad muy alta de que sea tuyo...

   ¿Vos no te cuidabas? ¡Recién me entero!

   Tengo una explicación para esto.

   ¿Cuál? ¿Cuál puede llegar a ser la explicación para acostarte con otro tipo que no es tu marido y no tomar las precauciones para evitar un embarazo no deseado? ¿Cuál? TE LEO.

   Mirá, sé que es difícil de entender pero no puedo tomar anticonceptivos porque estoy atravesando por una revolución hormonal y las pastillas empeorarían el cuadro... Me hice unos estudios hace unos meses y por eso especulé con ciertas fechas para no quedar embarazada de vos, pero ¡claro! Nunca te conté esto...

   ¿Me estás tomando por boludo???? No, no quiero más mentiras, ¡Polaco! ¿Me querés hacer creer que estás embarazada de un hijo mío? Llegaste al colmo de las mentiras, estás enferma pero no de hormonas, ¡estás mal de la cabeza!

   Pero esperá, no está confirmado de que ¡esté embarazada! Tengo un retraso de siete días, puede venirme en cualquier momento pero como soy un relojito en este tema, bueno, me empecé a preocupar. Si en dos días más no me viene voy a la ginecóloga.

   Si estás embarazada ¿qué vas a hacer? ¿Vas a abortar? ¿Te vas a sacar el problema de encima? ¿Me lo vas a decir? ¿Qué mierda vas a hacer con mi hijo?

   Pará!!! Hace un segundo era una mentira y ahora ¿¿¿es tu hijo??? ¿Qué te pasa? ¡Decidite! Si estoy embarazada no te vas a enterar nunca, porque hasta acá me vas a humillar. Olvidate de mí, olvidate de todo y hacete el favor de ¡¡no buscarme más!!

   De verdad que me duele en el alma que me trates así, no me lo merezco. Encima de que estoy pasando por la peor semana de mi vida ahora ¿también tengo que soportar que me humilles así?

   Das lástima, andá a que te duela en el alma con otro amante a quien atraer con un atraso inventado.

   ¡¡¡¡No te voy a permitir que me hables así!!!! Tengo un atraso de hoy una semana.

   Ya sé, ahora te desconectás.

   ¿Quién te creés que sos? No, no me voy a desconectar, no huyo más de vos.

   Sé que no soy lo que vos querés que sea, un boludo más en tu vida.

   Si querés desaparecer, hacélo. Es tu vida. Siempre fue tu vida. No sos ni fuiste un boludo más  y lo sabés. Yo no te fui a buscar, nunca te hubiera ido a buscar por temor a este desprecio.  ¡¡¡No me equivoqué!!! ¿Apareciste para humillarme? Date por satisfecho entonces.

   Claro... y venirme con esa historia del atraso es psicopático. Es tan enfermo... nos vemos y aparecés ahora con un atraso porque ¡Te olvidaste de tomar anticonceptivos! ... ¿¿tenés o creés que yo tengo 19 años??

   Pensá lo que quieras.

   ¡Obvio! Es mi esencia.

   Me cansaste. No tendrías que haber aparecido. Volviste para joder.No me busques más. Hacete el favor. Olvidate de todo.

   Me alegro. Ahora sí. No nos vemos ni nos comunicamos ¡¡¡NUNCA MÁS!!! Hoy se termina todo. No puedo escuchar un "te quiero" de alguien que me quiere endosar un hijo imaginario y me habla de herencias compartidas, y de tener algo mío que nunca voy a conocer.

   ¿¿¿¿Herencias compartidas????

   ¡Vos estás mal! No sé qué te pasa. No te conozco. ¿Hijo imaginario?

   Sí, no nos conocemos, Polaco.

   No sé si estoy embarazada o no pero que te quede bien claro algo: No quiero NADA de vos. Ni un peso, nada de nada tuyo. Yo no soy como las otras mujeres con quien habrás andado.Nunca me interesó la plata, si no fijate ¡cómo vivo! tengo el mismo auto de siempre, mi primer auto desde hace ¡una década! Si fuese interesada estaría con un tipo con guita y viviría en un caserón, sin embargo vivo en una casa modesta porque la plata no me moviliza, y mucho menos ¡la tuya! ¡Te podés cagar en tu guita! Te podés ir bien a la mierda y no me busques, por favor, nunca más me busques.

   Tu pedido es una bendición.

   ¡Adiós! Ahora sí me quedo tranquila. Si estoy embarazada de mi hijo me ocupo yo.

   Si es mío, es asunto mío.

   No lo vas a saber nunca.

   Estoy a cinco estaciones de tren de tu casa, puedo llegar en nueve meses y averiguar si tuviste familia o no. Del resto me encargaré yo.

   Si es imaginario... ¿Cómo lo vas a saber? Si aborto... ¿Cómo lo vas a saber? Si me mudo... ¿Cómo lo vas a saber? Si me muero en el parto... ¿Cómo lo vas a saber?

   Todo se sabe. Te encontré después ¡de 10 años!

   Me encontraste porque quise que me encontraras. Muy distinto será cuando quiera ser invisible, y soy capaz de desaparecer por completo para vos.

   Bueno, espero que te mejores.

   Me voy a ocupar de saber si todo es una locura (lo más probable) o puede ser cierto.

   No pensarás que una duda alcance para desentenderme, ¿no?

   Fuera de eso, listo. Adiós. Y esta vez no hay vuelta.

   Me gustaría saber con qué cara me vas a mirar cuando te des cuenta de que jamás te mentí.

   Con la misma que te miré en cada mentira que me dijiste.

   No sé por qué insistís con las mentiras... pero bueno, será parte de tus rollos para no comprometerte con nadie. Es una buena excusa eso de las mentiras. Te funciona a la perfección. Ojalá vos te recuperes, ya bastante difícil debe ser para vos soportarte día a día. Nunca antes me habías dado lástima, ahora sí la siento por vos.Estás muy enfermo...

   Ojalá encuentres alguien con quien relacionarte sexualmente, ya que no parece ser tu marido el partenaire adecuado. Yo, nunca más. A otro con tu enfermedad.

   Sí, tenés razón en todo... (Hay que seguirte la corriente)

   No, o sí. Me importa poco.

   Volvete a la cueva, de donde no debiste salir jamás.

   Me voy a desconectar para siempre. Y esta vez es para siempre. Es cuestión de preservación.

   Por mí, hacé lo que quieras. Huís. Está bien. Es lo que mejor te sale.

   ¡OK! Adiós.

Y se desconectaron furiosos los dos, ignorantes del sudor y taquicardia que ambos sentían en las entrañas, en el pecho, en el cuerpo, en el corazón.
Ella se encerró en el baño a llorar con las tres pruebas de embarazo que habían dado negativo aferradas en un puño.
Él se recostó en la cama mirando el cielorraso deseando despertar de aquella pesadilla.
Todo lo que siempre habían temido estaba amenazando con voltearles la vida que se habían construido con tanto esmero, en cualquier momento o en nueve meses.


 

domingo, 15 de enero de 2012

Canción de encantamiento de la película Rapunzel de Disney- Healing song from Disney's movie Tangled.



Flor que da fulgor (Latinoamérica)
Flor que da fulgor,
Con tu brillo fiel,
Vuelve el tiempo atrás,
Volviendo a lo que fue.
Quita enfermedad,
Y el destino cruel,
Trae lo que perdí,
Volviendo a lo que fue.
A lo que fue...

Brilla linda flor (España)
Brilla linda flor,
dame tu poder
Vuelve el tiempo atrás,
torna lo que ya fue.
Cura el daño ya,
cambia el azar.
El sino trócalo,
torna lo que ya fue
Lo que ya fue...

Flower, gleam and glow (English)Flower, gleam and glow
Let your power shine
Make the clock reverse
Bring back what once was mine.
Heal what has been hurt
Change the Fates' design
Save what has been lost
Bring back what once was mine
What once was mine...

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