jueves, 16 de febrero de 2012

CAPÍTULO 16: Silencio. 3° parte.








   ¡Polaco!, dijo él en un suspiro sonoro.

Ella no pudo más que quedar en silencio... sorprendida, ¿Qué?, respondió con los ojos bien abiertos, retrocediendo dos pasos para marcar una distancia prudencial y fría.
Ahí el mundo se le derrumbó por completo. "Disculpá, te confundí con otra persona. Perdoname. Fue un error..." él se excusó al darse cuenta de que el parecido era asombroso pero que no era ella. Avergonzado y sintiéndose humillado por la confusión se apresuró en regresar a su departamento.  La chica siguió su camino sin verlo huir de la escena, con la misma actitud con la que había estado caminando todo el tiempo. Indiferente a su entorno. Tal como lo hubiera hecho Polaco.
Mientras, él condujo el trayecto a su casa en menos tiempo de lo que le solía llevar siempre. Esquivó autos, le ganó a los semáforos antes de que le cortaran el paso, hizo tramos en contramano adelantándose a colectivos y taxis. Tenía que salir de esa locura que empezaba a perseguirlo, que le pisaba los talones con frenética furia. La mente le traía pedazos de imágenes de él con Polaco en la cama, besándose, riendo, en el pasado y en el presente, abrazados en el 98 y besándose en el 2011, los que fueron y los que son, se veía encima de ella, recorriéndola, en su departamento anterior y en el actual, se sentía confundido y abrumado por sus pensamientos. Llegó a su edificio, dejó el auto en su parcela en el estacionamiento y llamó desesperado al ascensor. Como no bajaba, decidió entonces subir por las escaleras corriendo, fue saltando los escalones de tres en tres, llegó a su casa y entró rápido, cerró la puerta con llave, se desvistió y se metió bajo la ducha de agua caliente.
Se quedó quieto bajo la lluvia que ya lo mojaba por completo, recordó las veces que se hicieron el amor bajo la lluvia de la ducha del departamento viejo, la recordó mojada, la recordó desnuda de pie enjabonándose el cuerpo y enjabonándoselo a él, haciendo espuma para acariciarlo suave pero firmemente. El miembro se puso erecto al recordar esa Polaco de antaño y sentirse aún en el cuerpo a la Polaco madura de ahora. Recordó la última vez que habían estado juntos, aquella última inolvidable vez que se sintieron como nunca antes, esa vez antes de que se rompiera todo en infinitos pedazos de cristal. Suspiró sonoramente, abrió un poco las piernas, apoyó una mano contra la pared y con la otra se tomó el miembro con firmeza. La evocó una y otra vez y se recorrió el miembro despacio, se empezó a masturbar lentamente pero con firmeza, motivado por los recuerdos de ella entre sus piernas, su boca en su miembro, sus manos en sus pechos, sus piernas abrazándolo fuertemente, su jadeo excitante, su pelo revuelto, su perfume de pasión, su gemido profundo, sus cuerpos juntos, penetrándose rítmicamente, sus uñas clavadas en la espalda, su boca en el cuello, sus lenguas juntas. Sintió que el cuerpo se le endurecía por completo, que se le acalambraban las pantorrillas, que ya no se sentía los brazos, que el corazón le latía en todo el cuerpo, que la cabeza le estallaría de un momento a otro, que no aguantaba más la presión de su mano que se movía frenéticamente con desesperación buscando paz. El agua lo recorría incansable como sus recuerdos la traían a ella para que la sintiera una vez más, una última vez más. Más la recordaba, más la deseaba, más la nombraba, más la sentía en su piel, en su boca, en la espalda, en el torso, en el abdomen, en sus brazos, en su mano, en todo él.
Se sostuvo apretadamente hasta el límite de su tolerancia, se frotó una y otra y otra y otra vez hasta que comenzó a sentirlo llegar desde el fondo, desde la profundidad de su ser, desde el pozo del pasado, desde lo más hondo y oscuro de su cuerpo y de su mente, desde los antiguos y primitivos deseos de su juventud y de su madurez, desde el comienzo de la humanidad, desde que se sabía hombre, desde que la había visto parada por primera vez en la puerta de su edificio, desde la primera vez que se miraron a los ojos, desde aquel primer sábado de sus vidas juntos, desde aquel año nuevo entre explosiones en las calles y una lluvia que se dejó liberar por fin en el momento que se fundieron y fueron uno, desde los truenos y relámpagos de su pasado hasta el más profundo de los besos y se dejó fluir libremente una y otra vez... y una y otra vez... una y otra vez.. Se fue vaciando de ella. Necesitaba sacársela de dentro de su mente, de su cuerpo, de su sangre, de sus pensamientos, de sus deseos... Apoyó la frente en la pared y pudo saborear la sal que le mojaba la cara. Supo identificar el sabor de la pena, del olvido, el triste sabor del pasado que nunca más volverá. Ahora, sabía que se había convertido finalmente en una verdadera estatua de sal.


8 comentarios:

  1. Leído en 4 minutos. Al ritmo de este terrible tema, frenético por demás. La escena, enfocada de atrás, (imaginate un reloj) el tipo apuntando a las 12, la cámara toma desde las 19 (osea de atras, de la cintura para arriba claro), le pasan todos los flashes por la cabeza. Plano siguiente el tipo con la cabeza en la pared. Épica escena.

    "El chip de video mas poderoso del mundo, la imaginación" Sheldon Cooper http://www.youtube.com/watch?v=oEaODMt_NYQ

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  2. Ahora, sabía que se había convertido finalmente en una verdadera estatua de sal.

    Ta....A pensar ratito...

    Lino lo q cribis....sisisi...
    Como ciste pa vivirlo si sos nena...

    Ta prommmto

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    1. ¡¡¡Gracias por el piropo!!! Soy nena pero tengo mucha imaginación y parece que acerté bastante con la descripción de ese momento tan especial como lo es la descarga de masculinidad. =)

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  3. La mano apoyada contra la pared del baño... Es cierto, qué bien descripto que está ese momento. Muy buen capítulo

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    1. ¡Gracias! ¿Algún voluntario para recrearlo? Hay que innovar en esto de los blogs (?)

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  4. jajajaajajaaj....SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII !

    Ta genial ete capitulo...poco chancho, pero compensa
    tanta transpiración de arte....sisisisisi

    Eso no e maginación....nononono..yo se.

    Beso Maravilla !

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