Cuando uno es inmortal, literalmente no tiene nada que perder. Si me dan a elegir entre EXPERIENCIA y MORTALIDAD o INEXPERIENCIA e INMORTALIDAD, elijo ésta segunda. La decisión es obvia. Tengo toda la vida para equivocarme, incansablemente.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Ella tomó el silencio de él como un "no me importas". Él tomó su ausencia como un "ya tiene a otro".
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