Cuando uno es inmortal, literalmente no tiene nada que perder. Si me dan a elegir entre EXPERIENCIA y MORTALIDAD o INEXPERIENCIA e INMORTALIDAD, elijo ésta segunda. La decisión es obvia. Tengo toda la vida para equivocarme, incansablemente.
sábado, 31 de agosto de 2013
Todo el mundo quiere ir al cielo, pero nadie quiere morir.
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