viernes, 21 de marzo de 2014

As I Walked Out one Evening by W. H. Auden (read by Tom O'Bedlam)

As I Walked Out One Evening  by W. H. Auden



Mientras paseaba una tarde

Mientras paseaba una tarde,
bajando por Bristol Street,
las multitudes en las aceras
eran campos de trigo maduro.

Y junto al río crecido
oí cantar a un enamorado
bajo la vía del tren:
“El amor nunca se agota."

Yo siempre te voy a querer,
hasta que China y África se junten,
y el río salte encima de la montaña
y el salmón cante en la calle.

Te querré hasta que tiendan
el océano para que se seque
y las siete estrellas graznen
en el cielo como gansos.

"Los años correrán como liebres
porque en mis brazos llevo
la Flor de los Tiempos
y el primer amor del mundo”.

Pero los relojes de la ciudad
empezaron a zumbar:
“No dejéis que el Tiempo os engañe,
nunca lo vais a vencer".

En las madrigueras de la Pesadilla
donde la Justicia está desnuda,
el Tiempo vigila desde la sombra
y tose cuando intentáis besaros.

”Con angustias y migrañas
la vida se va escurriendo
y el Tiempo se sale con la suya
mañana igual que hoy.”

En muchos valles verdes
se amontona la nieve atroz,
el tiempo deshace los bailes
y la pirueta del colimbo.

”Oh, meted las manos en agua,
metedlas hasta las muñecas,
mirad en la pileta
y pensad que habéis perdido.”

El glaciar llama desde el armario,
el desierto gime en la cama,
y la grieta en la taza de té
lleva tierra a los muertos.

”Allí el mendigo rifa billetes de banco
y el gigante hechiza a Pulgarcito,
y el pálido muchacho ruge de furia
y Jill se tumba de espaldas.”

Oh, mirad en el espejo,
mirad vuestra preocupación;
la vida sigue siendo una bendición
aunque vosotros no sepáis bendecir.

”Oh, quedaos en esa ventana
mientras las lágrimas os queman,
amaréis a vuestro mezquino prójimo
con vuestro corazón mezquino”.

Ya se había hecho muy tarde,
los enamorados se habían ido,
los relojes habían dejado de zumbar
y el río profundo seguía fluyendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario