21 de mayo de 2011
— ¿Qué hacés? —la sorprendió el marido que había llegado sin hacer ruido.
— ¡Llegaste! ¡No te oí entrar! —Polaco respondió enseguida sentada con la netbook en la mesa de la cocina. Joaquín ya dormía plácido en su cama desde hacía un rato largo.
— ¿Qué es eso? ¿Tenés un blog? —dijo el marido al tiempo que se acercaba más a la pantalla para examinar el sitio.
— Sí. Tengo un blog, no es nada importante —dijo ella al tiempo que corría la computadora para hacerle espacio para que su marido se sentara a cenar.
— ...y ¿de qué es?
— Nada.
— Te esmeraste con el diseño, parece. Es atractivo —sentenció el marido sin sacarle la vista a la página.
— Es todo prueba y error. Es solo un blog —cerró la netbook y le sirvió la cena sin volver a tocar el tema. Se acababa de dar cuenta de lo entretenida que había estado que ni siquiera lo había oído llegar.
Oooooleeeee...
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