viernes, 2 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 10: Despertares. 2° parte.

Algo había comenzado a germinar entre ambos y ambos intuían que no sería nada bueno lo que se avecinaba.


Pero aun así, siguieron apostando a una relación que crecía encaminada hacia la ruptura. La atracción física, sexual, mental era cada vez mayor.
Él decidió llevarla consigo al cumpleaños de su amigo Rolo. Una de las poquísimas veces que salía a exponerse con alguien del brazo. Llegaron a la casa del cumpleañero y todas las miradas se depositaron en ella. Tanto hombres como mujeres la observaron entrar junto a él, y Rolo se deshizo en elogios, entre bromas y risotadas, para la compañía femenina de su amigo. Mientras que él se enorgullecía de tener de pareja a una mujer que atrajera tanto la atención como ella. La veía bellísima, en su andar simple pero resuelto y sensual. Solo tenía una falda ajustada de terciopelo negro que le llegaba a los pies y dos musculosas superpuestas negras, con muy poco maquillaje y zapatos de plataforma altos. Una vestimenta muy austera en comparación a los brillos y joyas de las mujeres de la fiesta, que entre tragos y relojes de oro se mostraban aristocráticas y graciosas. Ella no pertenecía a ese tipo de mujeres y eso la hacía evidentemente mucho más atractiva para todos.
En el medio de la fiesta y con todos animados en la terraza, Rolo la sacó a bailar pidiéndosela por un rato, él accedió pero le encomendó a que se la devolviera intacta. Rolo bromeó que iría a hacer lo posible pero que no le daba ninguna garantía de poder contenerse con semejante mujer entre sus brazos. Los tres rieron a carcajadas celebrando el chiste y animados por el alcohol que ya les inundaba el cuerpo. Rolo la recorrió toda con la mirada y la apretó fuertemente de la cintura mientras bailaban en la pista armada en el centro de la terraza, tan cerca la tuvo que hasta llegó a admirar el perfume que llevaba puesto. Ella sin embargo solo podía mirar a su pareja que los observaba a la distancia, vigilándolos de que no cometieran nada indebido. Ella lo seducía en los brazos de otro hombre y él entendía perfectamente lo que se estaba proponiendo. Seducirlo llevándolo al límite de su autocontrol.
Aquella salida y [casi] presentación en sociedad significó mucho para ambos, pero a ella le dio un hálito esperanzador de que tal vez podría a llegar a ser algo más que la novia de turno de él. Lo había visto rodeado de otras parejas y le pareció que la situación no lo había incomodado en absoluto, sino, por el contrario, lo satisfizo y fue capaz de mostrar su comodidad en ese ámbito distinto al cotidiano.
Las otras salidas solían ser ir a cenar por Caballito. Por lo general iban a "Los Chanchitos", un restaurante parrilla muy cerca del Parque Centenario.

Habían ya llegado casi al año de relación y sucedió algo que la quebró, definitivamente, y que haría que nada volviese a ser como al principio. Ella podía superar o por lo menos adormecer sus celos, pero no podía revertir el fantasma de un nombre entre los dos. Contra eso se sintió indefensa.


3 comentarios:

  1. se va poniendo lindo, cada vez más, están jugando con fuego, "Despertares" me gustó, y me temo que esta pareja no tiene un buen final. Bien Dita, me gusta lo que escribís.

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  2. Como de costumbre, enganchándome con los avances y retrocesos... Muy buena historia!!!

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